domingo, 13 de noviembre de 2011

GreenEducation en la primera semana


He intentado hacerte  un listado con las cosas que he hecho esta semana, pero no funciona y esto no porque no sé yo hacer listados sino porque aquí cualquier tontería se transforma en cuestión de minutos en un lio o una aventura. Por ejemplo el primer día cuando cogimos el autobús,  nos intentaron estafar y poner a pagar un billete de autobús cuando ese bus no tenía nada que ver con nuestro destino.

Bangalore como la India misma, es un espacio donde muy pocas cosas tienen un sentido claro, un espacio de las contradicciones, donde la pobreza y la riqueza, las costumbres y la modernidad viven juntas pero sin encontrar una fórmula mágica para crear un equilibrio tan necesario.
Nosotros estamos aquí unos días para comprar los ordenadores, el material necesario y para arreglar el tema del  transporte hasta el pueblo. No ha sido nada fácil, pero al final conseguimos promesas para el lunes y hemos reservado el para el mismo día a las 14:00.

Este sábado por fin salimos de Bangalore y fuimos a visitar el pueblo, 330 km más al norte.  Empezamos el viaje en estilo hindú con un retraso de casi una hora, y para que no nos enfademos el conductor del autobús decidió conducir  las seis horas de viaje olvidando de lo que los ¨aburridos europeos¨ llaman seguridad vial. No puedo darme cuenta si estos conductores entienden que en caso de una colisión frontal con un camión van a morir tanto ellos como los pasajeros que llevan en el bus o piensan ya en la siguiente vida y les da igual. Los ejemplos no tardaron mucho en aparecer, cuando después de unas horitas de viaje vimos un accidente bastante fuerte tras una colisión frontal entre dos camiones.  



Me imagino que las cosas por aquí en la India, funcionan a base del karma así que llegamos sin incidencias a nuestro destino – la ciudad llamada Kudligi. En la India profunda, tener zapatos es un lujo que no todos se lo pueden permitir. Nada más bajados del autobús, todas las miradas de la plaza se fijan en nosotros por unos segundos. El autobús se marcha dejando atrás nubes de polvo, mientras nosotros nos quedamos enfrente de unos conductores de auto-ricshaws que nos miran con sus ojos negros de una manera insistente, llena de curiosidad. De vez en cuando se ve a los abuelos lanzando miradas furtivas y empujando a los más pequeños para que se acerquen para decirnos ¨Hello!¨. La timidez desaparece poco a poco y dentro de unos minutos estamos rodeamos de gente preguntando que nos lleva por sus tierras. Prabu, la persona de contacto con la escuela, les explica el motivo de nuestra visita recibiendo la vista buena y el entusiasmo de los interlocutorios.

Una vez llegados al pueblo, hacemos un paso hacia otro mundo, para mi desaparecido hasta ahora y sobre cual leía solo en los libros de cuentos. Aquí los únicos que tienen una casa hecha con ladrillo y un coche son el alcalde y otros dos-tres concejales del pueblo. Las calles estrechas, llenan de niños y gente descalza y las casas muchas con tan solo un material rectangular, parecido a un chal de mujer en vez de puerta.  Nos llevaron a visitar el nuevo instituto y luego la escuela primaria para decirnos donde ponemos el laboratorio. Lo estaban viendo como una especie de disputa entre las dos instituciones.  El nuevo instituto es muy pequeño con solo 3 aulas para los 120 alumnos que lo  frecuentan diario. En la escuela primaria estudian más de 500 pequeños alumnos siendo la única escuela en los tres pueblos cercanos.  Visitamos dos aulas y viendo que solo tenían un escritorio y una silla pensamos que las han preparado para nuestro proyecto, un poco más tarde nos enteramos de la verdadera razón – los peques no tienen escritorios, en toda las escuela estudian sentados en el suelo.





Nos invitan a visitar el alcalde, luego unos concejales, viendo siempre una cosa que nos sorprende - en todas las reuniones están invitados también los sabios del pueblo (gente mayor, educada) que participan a la hora de tomar decisiones.
Me piden a mí la decisión donde hacer el laboratorio (en la primaria o en el instituto), pero se los dejo a ellos  solo presentándoles mi punto de vista y las ventajas y desventajas de cada sitio( en el instituto tenemos espacio limitado – en la primaria no hay electricidad).  Al final se deciden hacer el laboratorio en la escuela primaria y el alcalde nos promete que se va encargar de conectar la escuela a la electricidad en los siguientes dos días.



Nos despedimos con la promesa de volver el lunes con los ordenadores y el material para empezar a trabajar.

Bueno esto es todo para esta semana,  la semana que viene espero poder enseñar fotos con el estreno del laboratorio y con más historias sobre el pueblo y la gente de allí.





Un saludo y que tengas una muy buena semana,
Stefan  


PD: Las fotos la puedes ver en totalidad aquí  : Picasa Green Education

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